La Primera Iglesia Bautista de Huancayo
Es una iglesia local, independiente, autónoma y soberana, conformada por una congregación de creyentes bautizados bajo el pacto de gracia, y busca cumplir la gran comisión dada por el Señor Jesucristo:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén“. Mateo 28:19-20
Nuestro principal propósito como iglesia local es dar la gloria y honra a nuestro Señor Jesucristo, buscando vivir en su luz, anunciando sus palabras de vida eterna, caminando en sus sendas, y esperando en todo momento en su maravillosa obra redentora.
“Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. Isaías 2:2
Nuestra Doctrina
Creemos en un Dios, existiendo eternamente en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, iguales en esencia, y a la vez distintos en personalidad y función. (Éxodo 20:2-3; Mateo 28:19).
Creemos que la salvación (de la pena, poder y presencia del pecado) es por gracia por medio de la fe en Jesucristo y no por obras (Efesios 2:8-9). Creemos en la inspiración divina de la Biblia, y es nuestra única autoridad suprema de regla de fe y práctica (2 Timoteo 3:16-17).
Creemos en la iglesia local, autónoma, soberana, que consiste en un conjunto de creyentes bautizados bajo el nuevo pacto, para cumplir la gran comisión. (Hechos 2:41-47; Mateo 28:19-20).
Por
Gracia
Salvos
Síganos
Nuestro principal propósito como iglesia local es dar la gloria y honra a nuestro Señor Jesucristo, predicando su poderosa Palabra.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.